La observación atenta, puntual y crítica de las audiencias y consumidores hacia todo lo que hace la empresa/institución generará los grandes problemas para las marcas en el 2022. Ante el empoderamiento social, un asunto multifactorial que ocurre más allá de México, la comunicación con las organizaciones tiene que ser directa y sin intermediarios.
Uno de los resultados de esta comunicación abierta es el enorme crecimiento de audiencias y clientes de una empresa/institución si es que ésta sabe gestionar comunicativamente dicho flujo de mensajes. El resultado más funesto es la generación de crisis comunicativas para marcas y organizaciones, cada vez con peores impactos.
La pandemia, pero no solo este fenómeno sanitario global, cambiaron las inquietudes y expectativas de audiencias y consumidores. Hoy, todas y todos queremos que aquellos a quienes vamos a escuchar, para consumir lo que pretender vendernos, nos den una razón y un significado de su relevancia en nuestras vidas.
Desde la comunicación y sus estrategias, se transmiten las razones y se construyen los significados entre empresas/instituciones y audiencias/consumidores, por lo que la Comunicación abierta, caracterizada por la bidireccionalidad, transparencia, escucha activa e involucrada con las audiencias, puede lograrse con claves sencillas de comunicación como:
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