Sin las mujeres el cambio y los resultados no ocurrirán. Con esta premisa identificamos, de manera general, los diferentes movimientos sociales/globales protagonizados por mujeres. Confiamos en que así será, ante ello, es necesario el actuar organizacional sobre el tema particular.
El comienzo, indudable y urgente, es la comprensión de los múltiples factores que confluyen en el marco de análisis de la Perspectiva de Género para de inmediato aplicarlos comunicativamente dentro de los espacios públicos (instituciones, empresas, grupos organizados) y privados.
Al comprender la Perspectiva de Género podremos, en las organizaciones, comunicar derechos como la libertad de expresión, la no discriminación, la inclusión a través de un lenguaje incluyente y el reconocimiento de la violencia de género transmitida en los actos de comunicación en los que participa la organización.
Transversalizar la Perspectiva de Género en la Comunicación Corporativa implica revisar nuestra pauta publicitaria, los mensajes sexistas, las imágenes que refuerzan los roles negativos hacia las mujeres.
También la Comunicación Interna se verá fortalecida con la Perspectiva de Género al incorporar prácticas de respeto y relación entre las y los empleados, comprensión de capacidades indistintas en posiciones organizacionales, mensajes de comunicación interna, la presentación de las mujeres y sus roles en la empresa/institución, entre otros.
¿Cómo reflejamos a las mujeres desde la identidad organizacional?, ¿qué prácticas de la cultura organizacional son desfavorables al género?, ¿cuáles son las valoraciones que las mujeres hacen del clima organizacional?, ¿cuál es la percepción que tienen las mujeres consumidoras de nuestra marca?, ¿qué nivel de empatía tiene la marca con las mujeres y sus circunstancias?
Los anteriores son algunos de los grandes retos que desde la Comunicación de Género debe responder una empresa y/o institución.
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